martes, 14 de agosto de 2012

COLECCIONABLES: LAS VICISITUDES DE LA VÍCTIMA DE MOBBING.


Víctima de mobbing. Las Vicisitudes (14)

Hoy en día existe mucha información sobre que es el acoso psicológico.  Si al salir de aquí tecleamos en la barra de google Mobbing como resultado tendremos un montón de páginas web que nos van a hablar largo y tendido sobre este tipo de maltrato sicológico
De lo que no estamos seguros los y las que nos dedicamos a denunciar y a luchar en contra del mobbing  es si esa cantidad de información fomenta  la empatía suficiente de la  sociedad en general y de todos aquellos que mucho tienen que decir al respecto, con quien lo padece o lo ha padecido.

LAS VICISITUDES DE LA VÍCTIMA
El mobbing o el acoso psicológico en el trabajo no es una enfermedad.  Es un proceso.  Es la presión laboral que se ejerce contra  un trabajador o trabajadora para que mediante su denigración abandone su puesto de trabajo por la puerta de atrás o que simplemente se someta.
El Mobbing o la presión laboral tendenciosa (jurídicamente) es un conflicto asimétrico donde  quien acosa posee el poder de dirección, el poder económico, el poder de coacción y cuenta con la confianza de la Jerarquía.
Por el contrario, la víctima no cuenta con esa situación privilegiada, la suya es una situación de indefensión ante un maltrato que supone un enorme suplicio psicológico, psicosomático y social.
Esa presión consiste en una serie de conductas hostiles que de forma aislada resultarían anodinas pero que administradas de manera muy sutil de forma reiterada y durante un tiempo prolongado causan en la victima su desestabilización emocional.

LAS CONSECUENCIAS DEL PROCESO DEL MOBBING
En un primer momento el trabajador o la trabajadora tiene capacidad de reacción e intenta resolver por si mismo o por si misma el problema
A medida que avanza el acoso moral su salud se deteriora
Las criticas constantes le hacen perder confianza en si mismo o en si misma. Pierde eficacia en su trabajo. Se siente culpable y en la última fase ya  no tiene ganas de luchar y se deja arrastrar.
Será victima también del rechazo por parte de los propios compañeros unas veces porque acatan la orden de aislamiento, otras porque participan del acoso por antiguas rencillas o simplemente porque no quieren verse involucrados.
Sea como sea no  va a obtener de ellos el apoyo que necesita para sobrevivir dentro de la organización laboral.
El  estrés creciente que va minándole físicamente y que termina haciéndose crónico, da lugar a multitud de afecciones o enfermedades  psicosomáticas que suelen derivar en  bajas laborales.
Además, estas alteraciones emocionales  hacen  que se resientan sus  relaciones familiares y sociales.  Lo normal es que el trabajador acosado o trabajadora acosada  traslade sus tensiones a la familia o a los amigos.  Los unos y los otros no entienden lo que le está pasando y le animan a  que llegue a un entendimiento con el acosador, a que aguante, a que se adapte y no deje el puesto de trabajo.

LAS VICISITUDES DE LA VÍCTIMA: LA BÚSQUEDA DE LA AYUDA EXTERNA.
Insistimos en que el mobbing no es una patología, sino una serie de comportamientos hostiles que  hacen enfermar a un trabajador. Por tanto, los servicios de salud serán la primera puerta a la que acudirán en busca de ayuda externa ya que dentro de la empresa no la encuentra.  (la empresa pasa, los compañeros lo esquivan..)

SUS PRIMEROS PASOS

1º.- LA  ATENCIÓN PRIMARIA
En una  primera fase o fase de inicio no hay unos síntomas preocupantes quizás una ligera inquietud, alguna alteración del sueño.
En la fase de estigmatización las visitas  al médico de cabecera son más frecuentes:
Aparecen los primeros síntomas: problemas físicos (dolores de espalda, dolores de estómago, tensión alta, insomnio), estrés laboral.
El tratamiento prescrito va dirigido a paliar los síntomas físicos y los psíquicos con  algún ansiolítico, aquí de momento suaves
En esta fase se suele alternar la vida laboral con bajas más bien cortas que duran lo suficiente para permitirle alejarse del foco estresor, recuperar fuerzas y reincorporarse al puesto de trabajo con cierta mejoría.
Ya hemos comentado en otras ocasiones, que quienes padecen el acoso en un primer momento  son muy reticentes a solicitar o aceptar una incapacidad temporal por un exceso de responsabilidad, su deseo sobre todas las cosas de demostrar su valía y capacidad profesional, además de ese exceso de amor propio ante lo que el acosador pudiera pensar que la o lo ha vencido. Todo esto no hace más que empeorar su  ya mermada salud psíquica y física.
Que la víctima tenga esa posibilidad de recuperación depende si el médico de cabecera lo considera o no necesario.  O lo que es lo mismo, de su conocimiento o desconocimiento de la problemática del mobbing.
En la fase de exclusión  las IT ya son  largas y muchas veces suelen ser sin retorno.
Es indiscutible que las IT  son necesarias para  la salud  pero, no son la solución definitiva.
¿Cuál es el inconveniente?
Las IT por si solas sólo han servido para trasladar el problema: Más tarde o más temprano la víctima tiene que volver al puesto de trabajo (Pensemos en los trabajadores de las Administraciones Públicas).
En su puesto de trabajo le espera  un proceso de acoso que simplemente,  había quedado interrumpido.
Reincorporados y reincorporadas al puesto de trabajo pocas y pocos han aguantado  seis meses más.
Podemos decir en definitiva  que suponen un descansillo en su peregrinar por un camino de vicisitudes.
Otro de los inconvenientes es que  esa sucesión de bajas son un argumento más para quien o quienes pretenden demostrar que siempre está enfermo, no está en condiciones de trabajar ,ocomo vamos a contar contigo si siempre vas y vienes.
Por último, en la fase de exclusión laboral, cuando la víctima ya no puede volver,  se convierten en otra fuente de tensión: el miedo  ante la posibilidad de que  el facultativo no esté dispuesto a mantenerle la baja.
Sea como sea, es imprescindible  que exista en este periodo una terapia reparadora.
La mayor parte de las veces es la propia víctima quien solicita  la asistencia de los servicios de Salud Mental. Estamos en la fase de marginación o exclusión y en la mayor parte de las veces es el servicio de psiquiatría el primer contacto.
¿Cuáles son sus inconvenientes?
a) La Tardanza de la asistencia. La media está en tres meses. Cuando su estado de salud físico y mental está ya mermado.
b) No hay una atención especializada a pesar de que en el informe del médico de cabecera se ha descrito el paciente refiere  conflictos en la empresa.
A) A) El tratamiento es superficial, rápido  y farmacológico. La mayoría de las veces lo que se hace en esa visita es ajustar la medicación prescrita por el médico de atención primaria. Desde mi propia experiencia y la del ochenta por ciento de mis compañeros y compañeras de asociación  esa medicación fue necesaria para disminuir los altos  grados de ansiedad y depresión.
Pero cuidado, si el trabajador o la trabajadora se encuentra en activo esa medicación puede mermar  su eficiencia a la hora de desempeñar las tareas en su puesto de trabajo con lo cual se verá sometido a más presiónes a más críticas.
B) Aunque el  Psiquiatra puede detectar por el relato del paciente  que existe mobbing por regla general se mantiene al margen. Las quejas de las víctimas es que son reacios a elaborar informes en los que se establezca una causalidad. La justificación del psiquiatra es eso es lo que me tu cuentas. No se quieren comprometer. Raras veces ratificarán su informe  en un juicio.
En cuanto a los servicios de psicología, que pueden ser el segundo contacto, en los servicios de la Seguridad Social, también tienen sus inconvenientes:
a) Tampoco hay especialización
b) La mayoría de las veces el diagnóstico se basa en las características personales de la victima lo que aumenta su sentimiento de culpabilidad y le obliga a un mayor esfuerzo físico y mental.  No se tiene en cuenta que están siendo objeto de una agresión externa continuada.
c) El tiempo dedicado es muy reducido y entre cita y cita pueden pasar hasta dos meses.
Pero el mayor de los inconvenientes a la hora de acudir a la sanidad, lo que va a agravar su situación, es el diagnóstico fatídico de los profesionales. Esta es la experiencia de muchas víctimas en  los servicios de salud:
-Yo no te voy a extender la baja por mucho tiempo. Esto es un conflicto que se tienes que resolver en la empresa.
-Tienes que adaptarte
Primero. Si tenemos en cuenta  la tardanza en recibir asistencia  sicológica en esa primera consulta la victima no tiene capacidad ya de reacción. Sólo ve que está mal, muy mal y para ella o para el  no hay salida.
Segundo: Sin un tratamiento adecuado (no sólo farmacológico), que por la seguridad social no es posible, ni de lejos, (para el Estado es mucho más rentable un siquiatra con la pastilla que un psicólogo del trabajo) el acosado o la acosada no recobrará la  salud  y se le está obligando a adaptarse a una situación a la que su mal estado de salud no le permite adaptarse  porque precisamente el acosador y su entorno con todo el poder a su favor va a impedir por todos los medios que lo consiga y sin salud no lo logrará.
.-Pues, deja el Trabajo. Trabajos como el tuyo hay muchos
La recomendación de abandono de su puesto de trabajo  a una mujer de cuarenta años o a un hombre de cincuenta no es más que una fuente de estrés añadida ya que supone la pérdida de  de la fuente de subsistencia,  de lo contrario él o ella ya lo habrían dejado sin llegar a el extremo de perder la salud.
.-Que no te dan trabajo, Tu sigues cobrando lo mismo, ¿no? Pues, olvídate. Ya me gustaría a mi estar aquí sin hacer nada y cobrar todos los meses.
Pero precisamente, ese trabajador o trabajadora enferma porque todos los días durante ocho horas  no tiene nada que hace.
Y además es que la víctima sabe que se lo están a propósito haciendo para poder justificar que no hace nada.

¿QUÉ NECESITA LA VÍCTIMA DE LOS SERVICIOS DE SALUD?
1º.-Que, en cuanto el médico de atención primaria sospeche que está ante una situación de acoso moral la víctima sea dirigida, sin demora, a los servicios de salud mental.
2º.- Que sea un médico de trabajo quien detecte el problema.
A).-Se hace necesario un diagnóstico de sospecha:
¿No es sospechoso  qué de pronto el paciente tenga unos determinados problemas de salud nunca antes padecidos y sin que haya una causa orgánica que los provoque?
¿Alguna vez se le diagnosticó una personalidad patológica que pudiera provocar problemas laborales?.
B).-Diagnóstico diferencial para descartar de que  no se trata de otro tipo de patología: estrés laboral, síndrome de estar quemado, acoso sexista u otros.
C).-Diagnóstico de certeza.
En el caso de que sea positivo se deberá valorar el daño y secuelas
 La víctima necesita un tratamiento psicológico.
·Un tratamiento que tenga en cuenta la causa y que recomponga su destrozada autoestima.
·Que le aporte Técnicas de control emocional y aprendizaje de habilidades sociales y técnicas que les permita afrontar y enfrentarse.
·Se hacen necesarias terapias grupales con dinámicas orientadas a la solución, en las que aprendan a generar soluciones y a no concentrase en el problema. Esto es muy necesario para liberarse del víctimismo en el que están atrapadas y atrapados.
·Es necesario que las víctimas puedan  extraer una lección positiva de su trágica experiencia.
 La Intervención del trabajador social.
La definición de Trabajo Social proviene de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS), consensuada en su Asamblea General celebrada en Montreal en el mes de julio del 2000, por tanto se trata de una definición de aplicación internacional para todos los trabajadores sociales del mundo, que dice:
La profesión del trabajo social promueve el cambio social, la solución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la liberación de las personas para incrementar el bienestar. Mediante la utilización de teorías sobre el comportamiento humano y los sistemas sociales, el trabajo social interviene en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno. Los principios de los derechos humanos y la justicia social son fundamentales para el trabajo social.”
Será necesario complementar el tratamiento con la red de “asistencia social” con la ayuda de los trabajadores sociales, que tratarán de facilitar a las personas afectadas la recuperación de su vida cotidiana, tanto en lo económico como en lo social, desde el primer momento y durante el tiempo que sea preciso.
La conjunción de la, atención al necesitado social y potenciación de los propios recursos, nos hace los profesionales más idóneos para la atención a la víctima de acoso moral en el trabajo, para la ayuda a los familiares de los afectados y para promover una sensibilización de la sociedad ante este fenómeno.
Marina Parés Soliva. Diplomada en Trabajo social y Perito Social Jurídico. Experta en acoso moral en el trabajo.

LAS VICISITUDES DE LA VÍCTIMA EN LAS ACCIONES LEGALES
Interponer una demanda y acudir a los tribunales, supone un esfuerzo considerable por eso es aconsejable que antes de emprender acciones las víctimas  estén recuperadas sicológicamente y atendiendo a lo anteriormente expuesto,  a través de la Seguridad Social es muy difícil.
La otra opción es acudir a la consulta privada de un psicólogo pero esto supone unos gastos difíciles de costear debido a que su salario ha sufrido una merma importante por los periodos de baja.
Ya sabemos que las pruebas testifícales de compañeros y compañeras son difíciles de obtener por lo que  además se necesitan informes médicos y periciales  que determinen que su enfermedad es producto del trabajo realizado por cuenta ajena en unas condiciones  que  prolongadas en el tiempo han ido minando sus defensas días tras día, hasta  sobrepasar el límite de tolerancia física y psíquica.
Bien, si tenemos en cuenta la forma en la que se produce la asistencia sanitaria a la víctima es muy difícil que pueda obtener unos informes periciales determinantes, para ello tendrá que acudir a un privado y otra vez nos encontramos con la dificultad de costeárselos y  a esto hay que añadirles que  los que provengan de la Seguridad Social son siempre más valorados.

LAS VICISITUDES DE LA VÍCTIMA: LA SALIDA DE LA ORGANIZACIÓN LABORAL.
El acoso no termina con el abandono del puesto de trabajo.
Primero. En el mercado laboral, el despido se entiende siempre  como una sanción que la victima deberá justificar.
Segundo. Quien acosa ha destruido la reputación profesional del trabajador o trabajadora lo que supone  una merma de su principal valor en el mercado laboral y por ende dificultará el acceso a otro puesto de trabajo dentro del mismo sector para ella o él está preparado.

LAS VÍCTIMAS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
El objetivo del acoso, ya que no hay posible despido, es el sometimiento. Alguna vez, es incluso arma para el revanchismo político.
En la Administración Pública el Mobbing es más perverso.  El acoso se lleva la mayor parte de las veces por medio de actos administrativos aparentemente legales pero, en el fondo se trata de actos ilícitos con una manifiesta desviación de poder.
La vía posible para la víctima es impugnar dichos actos en el contencioso lo que le supondrá una espiral de denuncias en los tribunales.  La Justicia para la Administración es gratuita. El 99 por ciento de las sentencias son a su favor.
Pocas veces son aquellas en las que la Administración ejecuta la sentencia que le es contraria. Todo esto supone una desestabilización emocional del trabajador o de la trabajadora
Además alguno de los actos ilícitos encuentran amparo en las RPT, o en la posibilidad de traslados por necesidades de servicio.
El funcionario o la funcionaria no tiene la posibilidad de abandonar el puesto de trabajo y hay que tener en cuenta que muchos de ellos por edad o por preparación están fuera del mercado laboral.
¿Le resultará fácil a un bedel de cuarenta o cincuenta encontrar el mismo puesto de trabajo en la empresa privada?.
Pensemos en la actividad de un Administrativo de la administración pública, por ejemplo. ¿Es la misma que se exige a un administrativo de la empresa privada?.

Eva Ventín  Lorenzo
Despacho laboralista