miércoles, 30 de enero de 2013

DIVULGATIVOS: CONSUMO DE TABACO Y LUMBALGÍA


Es sabido que el consumo de tabaco tiene grandes riesgos para la salud, relacionados sobre todo con el sistema cardiovascular. El tabaquismo incrementa la incidencia de accidentes cerebrovasculares, infartos, etc. Pero también es uno de los factores de riesgo reconocidos de lumbalgia.
Las mujeres nacidas en torno a 1940 en países como el Reino Unido y los EEUU fueron la primera generación en la que muchas fumaron cantidades importantes de cigarrillos a lo largo de toda su vida. Por ello, solamente en el siglo XXI es posible observar de forma directa todos los efectos del tabaquismo prolongado, así como de la abstinencia prolongada, sobre la mortalidad entre las mujeres del Reino Unido. Según un artículo recién publicado en The Lancet, dejar de fumar antes de los 40 años evita más del 90% de la mortalidad adicional causada por el mantenimiento del hábito (Pirie et al., 2012), con una diferencia de 11 años en cuanto a su esperanza de vida.  Dejar de fumar antes de los 30 años evita más del 97% de la misma. Aunque los peligros asociados a fumar hasta los 40 años de edad y abandonar el hábito después son elevados, continuar fumando supone un riesgo diez veces mayor.
La nicotina puede interferir en la nutrición del disco intervertebral. El disco es una estructura avascular, que se nutre por difusión osmótica desde los platillos vertebrales superior e inferior. Debido al efecto vasoconstrictor del tabaco, es menor el aporte de nutrientes que le llega a través de la vértebra. A este efecto se le suma el efecto mecánico indirecto de la tos, la fragilidad ósea secundaria a osteoporosis y las roturas del anillo fibroso por efecto fibrinolítico del tabaco, sobre todo en la parte posterior del anillo, que está menos vascularizado (Cherniak, Clive y Seidner, 2000; Palmer et al., 2003). Se ha relacionado sobre todo con la posibilidad de cronificación.
Pero, aunque los cambios degenerativos que caracterizan a la columna dañada son más frecuentes a medida que aumenta la edad, se ha demostrado que no tienen casi nada que ver con el dolor que pueda aparecer durante las actividades laborales y de la vida diaria. La edad en la que aparece la sintomatología y su gravedad estará, en gran parte, determinada genéticamente (van Nieuwenhuyse et al., 2009).
Cherniak M, Clive J, Seidner .: Vibration exposure, smoking and vascular dysfunction. Occup Environ Med 2000; 57: 341-7.
Palmer KT, Syddall H, Cooper C, Coogon D. Smoking and musculoskeletal disorders: finding from a British national survey. Ann Rheum Dis. 2003; 63: 32-6
Pirie K, Peto R, Reeves GK, et al. The 21st century hazards of smoking and benefits of stopping: a prospective study of one million women in the UK. The Lancet 2012; doi:10.1016/S0140-6736(12)61720-6.
Van Nieuwenhuyse A, Crombez G, Burdorf A, Verbeke G, Masschelein R, Moens G, Mairiaux  P. Physical characteristics of the back are not predictive of low back pain in healthy workers: A prospective study. BMC Musculoskeletal Disorders 2009; 10:2. Disponible en: http://www.biomedcentral.com/1471-2474/10/2
 
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