martes, 9 de abril de 2013

EL SEDENTARISMO MATA


Según la Organización Mundial de la Salud, el 6% de las muertes mundiales se atribuyen a la inactividad física

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RUBEN CAÑIZARES/P.M. | Madrid

El alto índice de sedentarismo que existe en la población, ya que ya es considerado como el cuarto factor de riesgo de las enfermedades no transmisibles y al que se le atribuyen el 6% de las muertes mundiales, es algo que preocupa y mucho a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«Precisamente, la práctica de actividad física es una de las medidas de prevención para luchar contra la hipertensión y las enfermedades del corazón», destaca el doctor Enrique Galve, presidente de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC)

Existen diversos estudios que tras analizar la actividad física y la presión arterial de casi 4.000 adultos de entre 18 y 30 años, demuestran que los participantes que realizaron ejercicio en un promedio de cinco veces a la semana y gastaron 300 calorías por cada sesión de ejercicio, disminuyeron en un 17% el riesgo de sufrir hipertensión arterial en comparación con los que se mantuvieron menos activos.
Con tan solo 30 minutos de actividad física al día, ya sea practicando algún deporte o cambiando nuestra rutina diaria, como ir andando al trabajo, usar las escaleras en lugar del ascensor, podríamos cambiar nuestra salud, a mejor.

Horas sentados en el trabajo
Durante los últimos 50 años, el gasto diario de energía producido por la actividad física dentro del entorno laboral ha disminuido en más de 100 calorías. Así lo asevera un estudio realizado por científicos norteamericanos y publicado en la revista científica ‘PlosOne’.
Este llamativo dato confirma la condena que impone la gran mayoría de empleos actuales y, con toda probabilidad, futuros: permanecer horas –demasiadas– sentados en una silla.
A principios de la década de los 60, casi la mitad de los trabajos exigían como mínimo una actividad física de intensidad moderada, mientras que hoy, menos del 20 % de los trabajos requieren este nivel de gasto energético.
Dicha investigación deduce que esa ‘peligrosa’ reducción del gasto energético en el trabajo es la causante del “aumento en el peso corporal medio de hombres y mujeres en Estados Unidos». Algo que se puede hacer extensivo al resto de países desarrollados. Pero una vez confirmado en estadística lo que a muchos trabajadores les resulta obvio, la pregunta es: ¿Cómo contrarrestarlo sin cambiar de trabajo?

Cómo evitarlo
El problema del sedentarismo no es tanto las horas que uno permanece sentado, sino no hacer nada para contrarrestarlo. Francisco Miguel Tobal, director de la escuela profesional de Medicina de la Educación Física y del Deporte de la Universidad Complutense, aporta algunas pautas para frenar la obesidad (y otras dolencias) provocada por el sedentarismo.
«La opción que nos da el Colegio Americano de Medicina Deportiva para evitar el sedentarismo laboral y, como consecuencia, el sobrepeso, es realizar ejercicio aeróbico 3 o 4 días a la semana durante 45 minutos o una hora al día. Esta actividad puede consistir sencillamente en caminar unos cinco kilómetros durante una hora, realizar carrera continua o montar en bicicleta».
Este especialista cree que aparte de esta actividad física fuera del horario de trabajo, es fundamental el apoyo de las empresas. En el trabajo, también «son muy importantes las políticas que desarrollen la actividad física dentro de las empresas. Los pioneros fueron los japoneses. En España, en las grandes empresas, lo que están haciendo es fomentar la práctica deportiva fuera de la jornada laboral, financiando clubes con entrenadores y reconocimientos médico-deportivos».
Además, aprender a mantener un equilibrio entre la educación nutricional (aporte energético) y la educación deportiva (gasto energético) es esencial.