domingo, 15 de septiembre de 2013

“LAS MUERTES POR HAMBRE Y SED EN EL NORTE DE KENIA SE HAN ACABADO”

El agua hallada en el país africano "es de gran calidad, fresca y apta para beber directamente", según el ingeniero francés que coordinó el proyecto.

 

Tampoco se atreve a dar la cifra de su capacidad de autoregenerarse Fuentes del Gobierno de Nairobi han señalado que cada año entrarán en los pozos subterráneos 3.400 millones de metros cúbicos nuevos, equivalentes al consumo de un país como Australia. “Las fuentes hidráulicas naturales son como las cuentas corrientes”, advierte Gachet, “por lo que, si gastas más de lo que ingresas, acabas teniendo un problema. Hay que ser cauto con las políticas sobre el agua”.
Los acuíferos se nutren de manantiales procedentes de la vecina Uganda “y de las tierras altas de Kenia”, así que los dos países tendrán que trabajar codo con codo para su explotación. Ahora solo falta que las bombas extraigan el líquido desde los 200 metros de profundidad donde se encuentra. Después habrá que canalizarlo y distribuirlo. “En Turkana se han acabado las muertes por hambre y sed”, afirma un “extremadamente contento” Gachet.
Turkana está de enhorabuena. En marzo de 2012 se halló petróleo, pero el descubrimiento no ha cambiado la vida de sus vecinos. Sin embargo, parte de los reportes elaborados durante las prospecciones se han aprovechado ahora para buscar agua. Para el ingeniero francés, los pozos hídricos sí que supondrán “unas mejores condiciones de vida de manera inmediata”. “La gente no bebe petróleo pero este ha servido para sacar el agua subterránea”.
La empresa francesa trabaja con una tecnología llamada Watex (el acrónimo en inglés de exploración de agua) que transforma los datos en bruto del terreno mediante la aplicación de algoritmos y otros métodos de tratamiento de datos para convertirlos en imágenes en las que aparecen acuíferos situados a gran profundidad, según el informe de la UNESCO sobre los sondeos. Entre los datos que analiza el sistema Watex se encuentran imágenes ópticas, obtenidas por radar y topográficas procedentes de satélites junto a otros datos obtenidos de trabajos académicos, del Gobierno de Kenia, ONG, así como datos sísmicos e informes de prospecciones petrolíferas.
Gachet cuenta que, ahora, trabaja con esas mismas técnicas en una zona árida de Etiopía. Antes, el ingeniero localizó pozos en Darfur y otras regiones de Sudán, Afganistán y Angola.


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