viernes, 25 de octubre de 2013

CINCO CONSEJOS PARA AFRONTAR CON BUEN ÁNIMO EL CAMBIO DE HORA

Apatía, tristeza, irritabilidad... pueden llegar con el cambio horario del próximo domingo. Sepa cómo vencerlo

La madrugada del próximo domingo 27 de octubre los españoles tendrán que retrasar una hora el reloj. A las tres, serán las dos. Una costumbre que cada año se pone en práctica durante el otoño para aprovechar más horas de luz solar y así ahorrar energía. Sin embargo, la sensación que tendrán muchas personas es que habrá menos horas de día pues anochecerá a una hora más temprana. Y eso influye en el estado de ánimo de adultos y niños.

Los primeros días muchos pueden sentir tristeza, cansancio y somnolencia. «Pero el cambio de hora, en sí mismo, no produce depresión, aunque sí que está comprobado que el estado de ánimo guarda relación con la luz solar y el buen tiempo», explica Gemma Prats, psicóloga y psicoterapeuta del espacio Nútrim. En otoño e invierno, y después de una primavera y verano con más horas de luz solar, «pueden aparecer síntomas como la tristeza, decaimiento y en casos más agudos irritabilidad o cuadros de ansiedad».
No hay que extrañarse si, tras el cambio de hora, se tiene sensación de tristeza, apatía, desánimo e incluso alteración en el sueño, irritabilidad o falta de concentración. «Esto suele durar entre dos días a una semana aproximadamente aunque en algunas personas puede alargarse un poco más» señala Prats. «En ocasiones puede ocurrir que, ese estado de tristeza, no sea pasajera, sino que sea una señal de una forma de depresión llamada Trastorno Afectivo Estacional». Hay que estar atentos, porque en este caso puede derivar en un estado de depresión más profundo. Y es aconsejable acudir a un especialista.
Para sobrellevar mejor los efectos que en nuestro ánimo puede provocar el cambio de hora y adaptarse a los nuevos horarios, Prats aconseja seguir estas rutinas:
1. Si aparece la sensación de desánimo se puede combatir «cambiando nuestro pensamiento negativo y nuestras creencias sobre la falta de luz y dejar de repetirnos constantemente "ya es de noche"», recomienda la psicóloga.
2. La clave está en tener una vida activa, en contacto con la naturaleza, desarrollar actividades placenteras y disfrutar del tiempo libre: pasear, correr, ir en bicicleta, etc. «Hacer actividades al aire libre y aprovechar la luz solar está directamente relacionado con la salud física y también con la emocional, por lo tanto, ésta es una recomendación para siempre y no sólo para una época del año determinada. Vivimos en un entorno donde las temperaturas son moderadas en invierno, y por lo tanto podemos disfrutar del aire libre todo el año. Está comprobado que en los países donde escasea la luz solar existen más depresiones, por lo tanto, ya que la tenemos, es necesario que la disfrutemos», explica la psicóloga.
3. No hay que variar el horario para ir a dormir y levantarse. Para nuestra felicidad es importante estar conectados con nuestro entorno social, amigos y familia. Por eso no hay que cambiar hábitos horarios.
4. Una siesta bien hecha (de unos 15 minutos) es perfectamente compatible con el hecho de disfrutar de la luz solar. Pero no sirve igual a todo el mundo. Cada persona tiene que escuchar a su cuerpo y atender sus emociones. Hay personas que la siesta les sienta muy bien, otras que se levantan de muy mal humor, a veces por la sensación de haber perdido el tiempo, y otras que ni siquiera consiguen hacerla.
5. Los niños, sobre todo los bebés, son los más sensibles al cambio de horario. De hecho, ellos siguen demandando su comida o su sueño independientemente del reloj. Para ayudarles es necesario que este cambio sea más paulatino, y no de un día para otro.

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