miércoles, 16 de octubre de 2013

LA ENFERMEDAD LABORAL, LA 'PANDEMIA' A LA QUE PONER COTO

Los accidentes laborales que se llevan vidas humas por delante son la más llamativa expresión de los peligros que pueden surgir en el trabajo, aunque desde hace un tiempo la preocupación de todos los agentes -y ahí no existe ninguna división- gira en torno a la detección de enfermedades laborales que ahora pueden parecer ocultas, pero en el futuro pueden costar la vida a decenas de personas.
«La mortalidad por enfermedad laboral es mucho más alta que los accidentes de trabajo -diez veces más alta-, hasta la OIT y la OMS consideran ya la enfermedad profesional como una pandemia a la que poner coto», afirma la directora de Osalan, Izaskun Urien.
El hecho de que en los últimos cinco años hayan fallecido en el País Vasco 97 personas por enfermedades derivadas del amianto hace que la atención hacia materias que se desconoce si son inocuas para el organismo haya aumentado.
«Nos preocupa sobremanera la utilización de materias primas y materiales que ahora parecen inocuos, pero que con el tiempo se descubra que no lo son», señalan desde la patronal vasca Confebask. «Nos preocupa por los efectos que pueden tener sobre las personas que integran las empresas y sobre la responsabilidad que puede asumir la empresa sin saberlo», concluye la patronal.
Desde ELA y UGT Euskadi se alerta sobre el incremento de casos de silicosis en trabajadores en empresas relacionadas con la manipulación de conglomerado de cuarzo. «Existe una infradeclaración muy preocupante de enfermedades profesionales», denuncia la responsable de Salud Laboral de ELA, Leire Txapartegi.
Durante el pasado año, se redujeron las enfermedades profesionales declaradas. En concreto, se declararon un total de 2.615 enfermedades de este estilo, un 8% menos que en el año anterior. Osalan puso de manifiesto que en «gran poporción» la enfermedad está «sumergida» y que cuanto más se declaren estas dolencias «mejor se ve la realidad». La enfermedades por factores cancerígenos en 2012 fueron 7, una cifra que Osalan cree «imposible» en Euskadi, por ello cree «que hay una asignatura pendiente con la enfermedad profesional por cancer».

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